El presente es una astilla de los futuros que soñamos y un retorno del pasado que no interrogamos
Sobre "El problema de los tres cuerpos" (I)
“El problema de los tres cuerpos” del chino Cixin Liu es una de las mejores novelas que leí en los últimos años.
Ambiciosa, monumental, profunda, divertida, sin paja literaria pero muy bien escrita, y con una agenda que podés comprar o no -el encuentro con una civilización extraterrestre, los viajes interestelares, el rol de China en el nuevo mundo que se está configurando- pero que toca algo importante: la relación que mantenemos con nuestro planeta y con nuestra especie, qué sentimos ante la muerte, qué es la naturaleza humana, cómo pensamos el progreso, y cuán solos estamos en el universo.
Demasiado quizás. Pero ese demasiado se argamasa bien en la novela. Me gusta decir que es la “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust de nuestra época. En busca del futuro perdido. O que pasaría si el futuro nos viene a buscar. Porque nos está buscando.
Ahora, ¿qué sería “nuestra época”? Nadie lo sabe bien porque nuestra época contiene muchas épocas. El tiempo está más astillado que nunca.
Quizás por eso hoy la ciencia ficción ocupa el lugar del realismo. Esto no habla bien de la ciencia ficción ni del realismo. Habla de un estado del alma de la humanidad.
Nuestra temporalidad está arrebatada. Somos demasiado sensibles a los estímulos digitales. La tecnología nos pone ansiosos y esa ansiedad nos desborda. Y, al igual que las finanzas, esa tecnología ya prescindió de un relato para auto-narrarse. La volatilidad del bitcoin es un síntoma del inconsciente colectivo. Por eso hoy es más necesario que nunca meditar y leer, que es una variante profana de la meditación.
No estoy seguro de si el realismo (es decir, la ciencia ficción) es lo más interesante que hay para leer hoy. Sí estoy seguro de que vale la pena leer “El problema de los tres cuerpos”. De ser posible antes de mirar la serie de Netflix.
Igual trato de ser cada vez menos prejuicioso, así que no se. Pero por ese miedo que alimenta mi prejuicio -el miedo de que vaya a ser horrible- quiero hacer un poco de inofensivo spoiler sobre la novela.
Spoiler uno: son tres tomos, calculo que aproximadamente unas dos mil páginas en total.
Spoiler dos: el primer tomo tiene algunas partes que no hace falta leer, como toda la historia muy densa de un videojuego que parece un ajuste de cuentas con la historia antigua china.
Spoiler tres: el segundo tomo es el mejor, el tercero el más metafísico (de hecho, se llama “El fin de la muerte”). A veces estoy un poco más a favor del tercero.
Spoiler cuatro: El mejor personaje es un sociólogo cósmico que se llama Luo Ji. La segunda es una líder política muy parecida a Cristina Kirchner que se llama Cheng Xin. El tercero un policía que se llama Da Shi.
Spoiler cinco: Trisolarias, la civilización que va a invadir la tierra, por muchos momentos parece una especie de crítica a China. Trisolaris tendría con la Tierra la misma actitud que China tiene con el medio ambiente. Pero esto va cambiando. Porque la pregunta de fondo es si la naturaleza humana es más afín al pensamiento de derecha, que parte de la escasez, o al de la izquierda, que parte de la abundancia. Cixin Liu parte de la base de que, pese a los relativismos, existe una naturaleza humana.
Spoiler seis: con inflación en dólares y sueldos en bolívares, esto suena un poco abstracto pero el telón de fondo es también la pregunta sobre cuál es el destino del progresismo ante el avance tecnológico. ¿Qué hacer? ¿Frenarlo? ¿Acelerarlo? ¿Intentar regularlo? ¿Se puede? Así que la novela es también una arqueología sobre las ruinas del progresismo. Mi obsesión personal.
Voy a estar un poco denso con el tema por estos días. Perdón.